La recuperación y fortalecimiento del ecosistema de quebrada que se encuentra en el corazón del proyecto,
asociado a jardines con especies nativas relacionadas a la escorrentía y así resignificarse como eco sistema.
El paisaje dentro de los módulos de conexión en niveles que enmarcan la diagonal a la cancha, tiene como
estrategia paisajística consolidar unos jardines sensoriales de permanencia, despertando los sentidos olfativos
para evocar otro tipo de espacialidad.
Las circulaciones invernaderos se convierten en hilos de paisaje conductores de paisajes productivos como
huertas y viveros, entendidos como claves de activación, reconexión e introspección que desvanecen los limites
espaciales.